#DivasBroadway RITA HAYWORTH
- Lídia Hill
- 17 sept 2015
- 3 Min. de lectura
Si os digo que Margarita Carmen Cansino, fue una gran estrella de Hollywood y #BroadwayVintage, me vais a preguntar, ¿cómo puede ser que una española llegase a esa posición en un país extranjero? Y además, lo más seguro es que el nombre no os suene de nada. ¡Pues os vais a quedar pasmados! ¿Tenéis una silla cerca? Porqué la vais a necesitar.
Margarita Carmen Cansino nació en la cosmopolita Nueva York de 1918. Hija del bailarín Eduardo Cansino Reina, natural de Castilleja de la Cuesta, en la provincia de Sevilla, y de una bailarina irlando-inglesa, que trabajó con la famosa compañía de vodevil Ziegfield Follies. Su nombre, Volga Hayworth. (¡Ojo que esto es una super pista!). Su padre, muy pronto vió el gran talento de su vástaga, y a los 13 años empezó la carrera con él, con el nombre de Rita Cansino.
No fue hasta 1933, que llegó a Hollywood con la compañía del Spanish Ballet, y gracias a la ayuda del cuerpo diplomático pudo empezar en el mundo del cine, haciendo películas de serie B.
A los dieciocho años se casó con quien la lanzaría al estrellato, Edward Judson, aunque no obtendría la bendición de los padres de Rita. Columbia Pictures fue la primera compañía que la contrató, ya que estaban en busca de estrellas importantes. Y les salió bien la jugada, pues Columbia se convirtió en la primera compañía con ganancias millonarias. Pero todo tiene su bemol, y lo que pareció un cuento de hadas hecho realidad se convirtió en una obsesión por parte del productor principal, que se enamoró locamente de la artista y muy a su pesar, nunca fue correspondido.
Los ángeles le dieron alas a Mari Carmen Cansino, con la película “Sólo los ángeles tienen alas” de 1939. Y a partir de hí, volaría de éxito en éxito hasta aterrizar en la Twenty Century Fox, que en esos tiempos ya se había arrepentido de rechazarla años antes. “Sangre y arena”, la versión cinematográfica de la novela de Vicente Blasco ibáñez, la convirtió en un sex symbol de la época y la consagró como la actriz mejor pagada.
Ah!, pero Mari Carmen empezó bailando y además era hija de bailarín. El baile la re-llamaba desde el fondo de su corazón. E aquí, que Rita decidió probar con las películas musicales tan de moda en aquellos tiempos de Glamour. Junto a Fred Astaire rodó dos películas, y más tarde otro gran éxito “Las modelos” (1944) junto al gran Gene Kelly.
Y por fín, 5 años después llegó el papel que la inmortalizaría para siempre, Gilda. Sí, exacto… estoy escribiendo hace rato de Rita Hayworth. Su streaptease de guante se convirtió en el mito erótico de muchos hombres y la envidia de muchas mujeres. Aunque, el éxito de la película vino de la mano del polvo que levantó alrededor del mundo. Vais a pensar que un casto streaptease y una bofetada no era para escandalizarse (la bofetada sí, amigos!!! A nadie le gusta la violencia de género), pero en los años 40, los streapteases sugerentes en público eran carne de cañón de la censura.
Curiosamente, pese a su rotundo éxito como actriz, nunca fue nominada a los Oscar y sólo apareció en una ocasión para entregar el Oscar a la mejor dirección en la edición de 1964.
A nivel personal, la vida de Rita está marcada por la célebre frase que dijo después de divorciarse por segunda vez “Los hombres se acuestan con Gilda y se despiertan conmigo”. Se casó 5 veces en total y tuvo dos hijas de padres distintos. Una vida personal agitada, a la que se le añadió la enfermedad de Alzheimer, que en aquella época (no hace tanto, estamos hablando de finales de los 80), no se conocía para nada.
Tiene una estrella en el Paseo de la Fama, y en el corazón de muchos de nosotros.
¿Os ha gustado? El lunes otra entrega de #DivasBroadway.

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